Si deseas comprar este libro en su versión digital, lo puedes solicitar por medio del
siguiente formulario.
https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSfwjhli5WMdc49-RLLmNSH-S6XKdJPYPS_pYPT5ugvN9Ei7BA/viewform
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Amarás al Señor tu Dios con todo el corazón…
Si seria y comprometidamente has hecho de tu vida cristiana el esfuerzo de amar a Dios como el centro y la cima de todos tus amores, sabrás que lograrlo es muy difícil.
Cuando los grandes místicos se convierten en maestros para que alcancemos ese ideal nos hacen un magnifico servicio.
Este libro es eso, un claro y fructífero entrenamiento en donde Concepción Cabrera de Armida te toma de la mano y te enseña a poner a Dios en el centro de tu vida, amandolo como Él quiere.
El Angelus, de Jean-Francois Millet.
Por medio de estas líneas quiero presentar a nuestros lectores la obra póstuma del gran teólogo espiritual M.M. Philipon, O.P., a la que tituló sencillamente: CONCHITA, Diario Espiritual de una Madre de Familia. Se trata de la visión de un teólogo acerca del alma y la doctrina de la Sierva de Dios Concepción Cabrera de Armida.
Roberto de la Rosa, Misionero del Espíritu Santo.
En realidad la vida de unión con Dios es cíclica, como las estaciones astronómicas que se repiten cada año. Así en la vida del espíritu, el cristiano pasa por varias primaveras, por diversos veranos, por distintos otoños y por múltiples inviernos.
La vida en Cristo, de la Iglesia peregrina, es preparación de los miembros de Cristo para la plenitud del amor y de la visión. Esta plenitud es preparada en los inviernos por la purificación de las virtudes teologales.
La vida nueva en el Espíritu son las arras del Esposo que prepara a la Esposa para la unión definitiva: la atracción del Espíritu hacia la unión definitiva hace exclamar a la Esposa: <<Ven, Señor Jesús, maranatha>>
Jesús María, S.L.P., México
Febrero 1995
Concepción Cabrera de Armida, que ha sido declarada Venerable, experimentó en su vida mística una clara comprensión de la relación que existe entre las virtudes para agruparlas en familias, y análogamente las familias de vicios que se oponen a ella.
El P. Félix de Jesús Rougier al conocer la estructura de estas familias de virtudes y vicios consideró que es una riqueza de gran utilidad par directores espirituales, para quienes estudian la vida de fe y sobre todo para personas interesada en profundizar en la vida espiritual.
El libro De las virtudes y de los vicios, además de escribir claramente cómo se relacionan las virtudes entre sí a manera de familias, invita al lector a reflexionar en la importancia de vivir desde la experiencia cotidiana las actitudes de Jesús, a las que llamamos virtudes, y de esta forma evitar caer en las actitudes que distorsionan nuestra relación con Dios y con nuestro prójimo, a las que identificamos como vicios.
La Beata Concepción Cabrera de Armida vivió y santificó todos los estados de la vida cristiana de la mujer: fue hija, joven, soltera, esposa, madre, hermana, cuñada, tía, abuela, viuda, religiosa por concesión del Papa San Pío X con votos válidos para la hora de la muerte (in hora mortis).
Puede afirmarse que precisamente a partir de su experiencia en la vida de su vocación al matrimonio, de su amor conyugal, de su maternidad la llamó Dios a su profunda experiencia espiritual.
Esto es lo que hace original su vida. Esto es lo que hace interesante el libro Cartas de una madre de familia. Comprende una selección de cartas de Conchita a sus familiares y amigos, donde comparte su vida, da consejos, pero en especial su identidad de madre de familia comprometida con la salvación del mundo.
El título de este libro, amable lector, es pretencioso. Te lo confieso abiertamente. El itinerario espiritual de esta gran mujer necesitará volúmenes amplios y significantes y escritores mucho menos insignificantes.
Esta es apenas una somera descripción de los momentos más importantes de un camino.
No esperes demasiado; ni demasiado poco; ya que hay una palabra del Señor a su Sierva; “por la presencia del Verbo en tu alma en cierto sentido te he constituido palabra” 25, 299 (Texto 2055). Conchita es una palabra que el Señor nos dice.
Ella misma es la que habla en esas páginas; mi labor ha sido casi solamente escoger algunos centenares de textos e hilvanarlos, de entre los millares de su diario, de su vida y otros escritos. Habrá, tal vez, otros mejores, pero estos me parecieron oportunos.
En las palabras de la Sierva De Dios radica mi confianza en su eficacia.
Para alabar a Dios, admirable en sus santos; para agradecer al Señor las maravillas de gracia que se dignó derramar en una madre de familia de vida tan hogareña; para que podamos seguir sus pasos de amor y de oblación con Cristo; para la gloria De Dios en la salvación de los hombres.
El Autor